Un año antes del dictamen y de la ley de creación de la AVL, unos días
después de la manifestación del 13 de junio de 1997, se hizo público des de
las entidades culturales valencianistas que "Crear ahora un organismo
lingüístico con capacidad normativa sería una indefinición incompleta"
(1), además de suponer desligitimar entidades de más de ochenta años de historia
y de cultura para crear una cosa nueva.
Eduardo Zaplana, ya tenía decidido, un año antes del dictamen del CVC la
solución que iba a proponer: la creación de un nuevo ente normativizador, la
AVL.
Las consultas previas fueron una "parafernalia" para hacer creer una cosa
distinta de lo que en la realidad ya tenían decidido. Se ha pretendido hacer
creer que se imponía el dialogo, la tolerancia y el consenso
(2) de ahí que se
ofreciera la "participación" de las entidades culturales.
Sin hacer uso del convencimiento, la razón y la ciencia, como se decía, se ha
impuesto sin consenso una solución que no soluciona el problema de
desunión entre la normativa, ortografía, naturaleza e identidad de la Lengua
Valenciana.
El cambio que se pretende provocar es a costa única i exclusivamente del
Valencianismo, a cambio de nada ¿si no se quiere ceder en nada, porque tanta
escenificación?
Las normas del 32 no resolvieron el problema, más bien fueron el Caballo de
Troya (3)
por donde entró el catalanismo en Valencia y no lo resolverán ahora
tampoco, sino supondrán un paso adelante y firme hacia el asunto de los
"países catalanes". En Cataluña ya se está trabajando para cambiar el
artículo 145 de la Constitución que prohibe la federación entre comunidades
autónomas, como recoge la prensa (4):
"Duran i Lleida propone federar
Valencia, Cataluña y Baleares y sugiere crear una "consejería" de cultura
común".
Como anticipaba Joan Costa S.J. en 1996 (5),
la sombra del catalán y de las
instituciones catalanas no se han apartado ni un momento de las liberaciones
del pacto lingüístico, por lo que no puede tratarse de un pacto entre
valencianos sobre la Lengua Valenciana, sino una concesión de la Lengua
Valenciana a favor de la catalana.
La AVL supone para Eduardo Zaplana y el PP un tener a quien poder pasar la
"patata caliente" del conflicto lingüístico ante la presencia de cualquier
contingencia o eventualidad que se le presente y de esta manera no asumir
directamente la responsabilidad.
La ley de creación de la AVL es una prueba más del doble lenguaje que
practica el PP, prueba que la Lengua Valenciana no le ha importado más que
como reclamo electoral.
El PP y el PSOE, como partidos que han confeccionado el acuerdo, han
incumplido la ley de creación de la AVL que ellos mismos pactaron, en
concreto, las disposiciones transitorias primera, segunda y tercera, que
obligaba a la elección, en un plazo máximo de 30 días, de los 21 académicos
por las Corts Valencianes, y posterior nombramiento por el President de la
Generalitat, durante los 15 días siguientes; así como también se ha
incumplido el plazo de presentación del reglamento interno de
funcionamiento, ¿y qué es lo que han alegado?...nada más que¿desidia?.
El PP es responsable tanto de la mayoría catalanista en el CVC como de la
previsible mayoría catalanista de la futura composición de la AVL. Eso
supondrá el inicio de una etapa irreversible al asumir todas las competencias
lingüísticas ("El PP propone que la AVL asuma todas las competencias
lingüísticas (6)").
El Valencianismo posee verdaderos deseos de que finalice el conflicto, pero
no de esta forma indecorosamente claudicante y venenosa para la Lengua
Valenciana. Que nadie piense que estamos cómodos y a gusto con el papel
que nos ha tocado en esta historia.
1. Las Provincias, 17/6/1996

2. Exactamente en estos términos se pronunciaba Manuel Tarancón, Las Provincias
28/5/1999.
3. "Operación Caballo de Troya" es un artículo de opinión de Enrique de Diego en Las Provincias, 20/6/1997.
4. Las Provincias, 25/10/1996.

5. Las Provincias, 14/1/1996. Artículo de opinión: "Sobre un possible acort llingüistic".
6. Las Provincias, 21/5/1999.

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